Opinión

Las emisiones de carbono del acero de la industria automotriz son extremadamente altas: estimamos que rivalizan con las de todo el país de Australia. En promedio, el acero contribuye entre el 30 y el 40 por ciento de las emisiones materiales de un vehículo. Con la transición a los vehículos eléctricos de batería, la proporción del acero en las emisiones de los automóviles está creciendo. Según un análisis de McKinsey, para 2040, los materiales van camino de representar el 60 por ciento de las emisiones del ciclo de vida de los automóviles.

En Asia Oriental, que alberga el 60 por ciento de la producción mundial de acero bruto, el impacto del CBAM será especialmente pronunciado. Los analistas han pronosticado que los aranceles relacionados con CBAM sobre las exportaciones de acero de China podrían alcanzar más de 350 millones de dólares, y los aranceles sobre las exportaciones de acero de Corea del Sur podrían ser de casi 200 millones de dólares.

En el futuro, es probable que los fabricantes de automóviles y otros productores busquen proveedores de acero con menor intensidad de carbono para evitar aranceles altísimos.

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Sin embargo, los fabricantes de automóviles aún tienen que dar el paso más básico para reducir las emisiones del acero: la divulgación. En nuestro estudio reciente de 16 grandes fabricantes de automóviles, ninguno había publicado sus emisiones específicamente asociadas con el acero. Además, ningún fabricante de automóviles incluido en nuestro estudio había fijado un objetivo claro para la descarbonización del acero.

En ciertos casos, los fabricantes de automóviles y los fabricantes de acero han establecido asociaciones de acero con bajas emisiones de carbono, pero la eficacia de estos proyectos ha sido limitada. Hasta la fecha, dichas asociaciones han sido de muy pequeña escala o aún se encuentran en la etapa de desarrollo.

En Japón, Toyota y Nissan afirman o planean utilizar acero bajo en carbono para vehículos selectos, pero el alcance es tan pequeño que tiene poco impacto en las emisiones de acero de los fabricantes de automóviles.

Desde una perspectiva climática, la necesidad de reducir las emisiones del acero es urgente. La industria del hierro y el acero representa actualmente el 11 por ciento de las emisiones mundiales de dióxido de carbono y es una fuente importante de contaminación tóxica del aire. Para alinearse con los compromisos climáticos globales, estimamos que los fabricantes de automóviles deben reducir a más de la mitad sus emisiones de acero para 2030.

Aunque la reducción de las emisiones de acero es una tarea de enormes proporciones, los fabricantes de automóviles pueden tomar una serie de pasos claros para trabajar en esta dirección.

En primer lugar, los fabricantes de automóviles deben revelar sus emisiones relacionadas con el acero. A continuación, deberían emitir compromisos públicos para adquirir acero con bajas emisiones de carbono. Unos objetivos claros enviarían una fuerte señal a los fabricantes de acero sobre la necesidad de descarbonizar.

Finalmente, los fabricantes de automóviles deben apuntar a cero emisiones netas en sus cadenas de suministro, mediante un menor uso de acero y la adopción total de acero con bajas emisiones de carbono.

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Sería prudente que estos fabricantes de automóviles establecieran objetivos ambiciosos de descarbonización del acero ahora, junto con sus hojas de ruta de electrificación, antes de que una vez más se queden atrás en la carrera.

Wenjie Liu es analista senior de Greenpeace Asia Oriental. Ella reside en Tokio.